El moderno barrio de Getsemaní tiene como atracción principal la Plaza de la Santísima Trinidad, en la que se reúnen grupos tranquilos de personas para beber cerveza, escuchar artistas callejeros y comer arepas asadas en los puestos adyacentes. Las calles cercanas, conocidas también por sus murales pintorescos, cuentan con pizzerías animadas y bistrós casuales en los que se sirven platos colombianos. Las cervecerías artesanales, las coctelerías y el bar de salsa Café Havana continúan la fiesta hasta las primeras horas de la mañana. ― Google
Sin duda alguna, lo que más llama la atención, y en eso coincidimos muchos extranjeros, es el “festín” de colores de las fachadas de sus casas -algunas altas y otra bajas- amarillas, naranjas, verdes, azules y rojas, como salidas de los lienzos de los grandes pintores. Quedé maravillada con la armonía, belleza y tranquilidad del paisaje. Por cierto, la mayoría de las casas tienen nombres, quizás el de la persona más querida de la familia como Lola, Marlin, María, entre otros. También están los lugares que aún conservan el letrero de los negocios que allí funcionaban, como la fábrica de Cepillos Asear en la Plaza del Pozo y algunas farmacias de renombre en la Calle de la Media Luna.